Un brevísimo espacio a: Solo Leveling

Solo Leveling reseña

Con el estreno de la adaptación animada de Solo Leveling, buen momento es para comentar el que es su manhwa, que recordemos brevemente, es un cómic elaborado en Corea.

A este respecto, Solo Leveling no es el culmen de la originalidad; recuerda enormemente a otras obras tan fantásticas como The God of Highschool, Tower of God, Sword Art Online... Mención especial a estas dos últimas por tener en común el transporte forzoso, total o parcial, del protagonista a otro mundo con mecánicas de subida de nivel y mejora del personaje.


No obstante, recordemos que el criterio de la originalidad no es el único factor decisivo, mucho menos hoy en día, a la hora de disfrutar una obra. Solo Leveling aglutina elementos infinitamente explotados incluso en juegos como Elden Ring, en donde tenemos una personalización y capacidad de exploración brutal, y hace de ello el eje de una trama en donde el protagonista es elegido por el Sistema para desarrollarse y sobrevivir a una muerte segura. Sung Jin-Woo, protagonista de Solo Leveling, se vuelve Dios. En potencia, al menos.


Solo Leveling reseña

Y aunque esta premisa del superhombre invencible con, cómo no, migajas de harem que va enamorando a las féminas y cerrando bocas de todo aquel que le despreció cuando era un don nadie, puede dar de qué hablar por ello de que ningún enfrentamiento constituye un reto o incertidumbre real, resulta bonito ver la ruta de personalización que Jin-Woo acaba tomando en favor de convertirse en ese Dios que, más pronto que tarde, nos daremos cuenta que el mundo necesita.


Es algo a lo que el dibujo del fallecido Jang Sung-rak acompaña muy bien, y estoy seguro que gente aún más amante de los juegos de rol que yo disfrutará de un cómic tan cortito (220 episodios, no muchas páginas por cada uno) y que rechaza tanto la sobre-exposición de información en favor de una lectura más ligera y apoyada en el dibujo.


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