La industria del anime es una para la que la explotación de los animadores está a la orden del día, pero en cuya realización se distingue una producción coral, un resultado armonioso en cuya realización colabora un sinfín de personas. Y es que para sólo un plano como el que vamos a analizar se involucran varios roles y departamentos, desde el director o storyboarder que establece la escena en un primer guión gráfico, hasta el departamento de fotografía encargado de montar la imagen final. Pasando, por supuesto, por animadores, correctores, coloristas..., y obviando un montaje en el que con voces, efectos de sonido y música incluidos, se construye el episodio a emitir en cadenas y plataformas de streaming.
Así, una imagen que no ocupa ni dos segundos respecto al total de 24:31 minutos que dura el segundo capítulo de Pokémon Journeys, tiene un amplio personal y montón de horas de trabajo detrás. Cosa para la cual he querido pasarme de listo, hacer un ejercicio de análisis que en primera instancia no tendría que salir de mis archivos personales, y aprovechar el trabajo de un inicio para traer algo nuevo que, si mi memoria no me falla, no coincide con lo que suelo redactar.
He ahí el plano correspondiente a la nueva serie de Pocket Monsters, segundos antes del enfrentamiento contra Lugia en el capítulo dos. Uno para el que no hay mucho que interpretar, sino que, al contrario, todo es muy literal: vemos a Satoshi en compañía de Pikachu frente a Lugia, sobre lo que por amarres y barreras parece ser un puerto relacionado a la ciudad del fondo, detrás de la cual se encuentran montañas y destaca un cielo bastante amplio y tranquilizador.
Salta a primera vista que es un plano general, uno para el cual se presenta el marco en el que transcurrirá (o iniciará) la acción y se nos informa de las circunstancias: en qué momento del día nos encontramos, qué tiempo hace, dónde nos localizamos, contra qué nos enfrentamos.
Pese a que el cemento del puerto corta a Lugia por la mitad, el respectivo Pokémon está ocupando dos tercios del encuadre, uno de los cuales es el central. Y es que más importante que presentar un escenario del que no tardaremos mucho en salir es entender que el punto focal, aquello a lo que hay que mirar, es Lugia.
Comprender, de cara a la travesía que estamos por ver, su tamaño. Algo para lo cual vive el plano general, uno en el que sabemos que Lugia es grande, y no que Satoshi —Ash en occidente— y Pikachu sean más pequeños que de costumbre, por la relación de tamaños que se establece entre los personajes y los distintos elementos del entorno. A destacar los amarres y barreras del foreground (plano más cercano a la cámara) y overlay (capas superpuestas por encima de los personajes, aún más cercanas a la cámara si cabe), objetos cuyas dimensiones comprendemos porque los conocemos previamente y existen en la vida real.
Pokémon: El poder de uno |
Pese al enfrentamiento, no hay peligro. La aparición de Lugia dista mucho de la que hizo en la película El poder de uno, y es que para empezar nadie está expuesto. A razón de ello la imagen se construye en tonos azulados que transmiten cierta calma, ya no solo presentes en el diseño de Lugia o en un cielo que no tendría por qué resultar tan poco violento —bien podría haber mal tiempo o ubicarnos en un atardecer—, sino en el mar, los edificios, las montañas en cuyo caso se realza la profundidad mediante tonos cada vez más azules...
No menos importantes son el rojo de la gorra de Ash, a estas alturas una marca de la franquicia indiscutible, y el amarillo, curiosamente alineado por la perspectiva. Uno que transmite cierta energía refiriéndonos al diseño de Pikachu y que, en el caso de las barreras y amarres que tanto hemos mencionado, se utiliza como advertencia, un código que también podemos ver mismamente en señales de tráfico.
Colores aparte, las líneas horizontales juegan un papel importante. Sugieren estabilidad, nos otorgan tranquilidad, y en conjunción a las verticales, remitiéndonos al cemento, nos hablan de profundidad. Porque no es lo mismo esto que esto otro. Las dimensiones del puerto no varían de un caso a otro, pero para el segundo, uno mucho más cercano al producto final, somos capaces de entender mejor la perspectiva, la tridimensionalidad de una capa que de otro modo se presentaría completamente plana en un mundo que, para una serie que toma por nombre Viajes Pokémon, busca ser lo más orgánico posible. Así, me remito al principio: no hay mucho que interpretar, todo es muy literal.
Me picó el gusanillo de probar cosas nuevas en lo que veía la serie con el director de Pokémon Alpha. Quería algo bien hecho (cosa que encontré en Pokémon Journeys) para lo que la interpretación fuese imposible o, como poco, quedase en un segundo plano. Entiendo que pueda no resultar del interés general, personalmente me ha sido un trabajo duro de redactar, pero aún con esas he querido esforzarme por salir de mi zona de confort, probar cosas nuevas y darle un enfoque (el de entender todo lo que hay detrás de una imagen a simple vista la mar de sencilla) a un trabajo que, de primeras, no pensaba publicar.
¡Gracias por seguir leyéndome! |
2 Comentarios
Ciertamente no hay mucho que interpretar pero sólo decirlo tiene un gran valor en sí, uno que no suelo encontrar frecuentemente en la comunidad de aniblogs en español.
ResponderEliminarDedicarse a pensar en la razón detrás de un plano puede sacar muchísimas cosas interesantes sobre cómo planifican los creadores de las series a las que tantas horas invertimos.
Muy compacto y bueno el artículo.
Un saludo!
¡Muchas gracias, Napo! Me alegra que te haya gustado. Siempre trato de hacer cosas compactas. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. ^^/
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