[Primeras Impresiones] Tate no Yuusha no Nariagari

Tate no Yuusha no Nariagari ha venido de manos de Kinema Citrus para, y aún suprimiendo monólogos deleznables de la obra original, acaparar la polémica de la temporada. La premisa es la de un universitario otaku llamado Naofumi que se ve transportado a un mundo de fantasía cuyo rol a tomar es el de héroe del escudo, uno de los cuatro que según narra la leyenda combatirá el mal y salvará al reino de las peligrosas Olas de la Calamidad.

Lo que parecía ser un comienzo épico y afortunado para quien nada más empezar era una leyenda dotada de una cuantiosa cantidad de dinero y compañeros, se tornó en algo que nada que ver con lo que se esperaría de la figura generalizada del héroe: frustración, desconfianza, esclavitud, delincuencia, misoginia, y un largo etcétera que se amplía capítulo a capítulo.

Para empezar, el héroe del escudo es por alguna razón considerado el peor de los cuatro, hasta tal punto que ni el mismo rey responsable de haber traído por la fuerza a alguien de otro mundo le da la menor importancia. Ello deriva en que la cuantiosa cantidad de compañeros se reduzca a nada más y nada menos que uno: una chica sacacuartos que, en pacto con el héroe de la lanza, decidirá fingir que ha sido violada por Naofumi.

Bien porque la presunción de inocencia vale lo que viene a ser un mojón por esos lares, o bien porque por alguna razón no expuesta hasta ahora todo el mundo odia al protagonista, la gente decide creer que efectivamente el héroe del escudo es un violador. Lo peor de lo peor. Alguien a quien tras haber secuestrado y forzado a solucionar nuestros problemas habría que ejecutar, porque el que un guardia tenga en sus manos ropa interior femenina que afirma haber encontrado en la cama del héroe del escudo aún cuando la violación se produjo en otra habitación es una prueba irrefutable de que, efectivamente, la ha violado.

De ahí que sus primeros pasos en el nuevo mundo se tuerzan hasta el punto de que el héroe con peor early —repetid con Naofumi: el escudo no es un arma— del juego no dispondrá de equipamiento, dinero o compañeros, habiendo de recurrir a mano de obra esclava para no quedarse atrás en la que será una larga y dura aventura.

El capítulo dos trata precisamente de eso, de cómo el susodicho se fija en una Raccoon que (en la novela) asocia inmediatamente a la chica que se aprovechó de su inocencia por, presuntamente, compartir género, esclavizándola en el acto a cambio de calderilla y “forzándola” a luchar a pesar de su trauma. Entre comillas, puesto que a la hora de la verdad el sello por el que se supone que un esclavo no puede desobedecer a su amo no funciona muy bien, que digamos.

Tengo mis quejas en cuanto a lo ya emitido, y es que el contexto en torno a la violación es absurdo hasta tal punto que, o bien todo el reino se compone de gente malvada, o inesperadamente el que menos prejuicios y sesgos alberga resulta ser el protagonista que nada más abrir un libro piensa de la princesa como una prostituta por Dios sabrá qué motivos. 

Del mismo modo, hay un marcado problema de ritmo que se evidencia principalmente con un señor herrero que segundos después de querer partirle la cara a un presunto violador opta por, tras un vistazo a sus ojos, decantarse por darle ropajes gratis para devolverle algo de su dignidad. Todo un acto de altruismo que suena bien en lo escrito, pero en guión queda ridículo y cómico.

No es que lo visto hasta ahora no me haya gustado; es más bien que entiendo a quienes no les haya resultado de su agrado, no en vano el giro de tuercas que rompe con la monotonía es todo un campo de minas en el que conforme más se ahonda, más se saca. Pero a pesar de todo, el trabajo en torno a animación y arte me resulta notable, y parecen —insisto en el parecen, pues no he leído más que fragmentos de la novela— estar depurando de buena manera la obra original. Como mínimo un servidor agradece que hayan omitido las duras declaraciones del protagonista respecto a la Raccoon a la que parecía querer romper.

And remember: She looks like a bitch.

En síntesis, en lo que el segundo capítulo me parece una mejora para la que Naofumi entiende que parecer un problema con patas no equivale a serlo, soy de los que apuestan por una posible mejora y se suben al carro de seguir semanalmente Tate no Yuusha.