Eureka Seven - Reseña Anime

Renton Thurston es un joven de catorce años que ansia salir de Bellforest, su lugar de origen, en busca de sitios con un trapar más abundante. Su deseo se ve cumplido cuando conoce a Eureka, una extraña chica miembro de Gekkostate junto a la cual es capaz de sacar todo el potencial que reside en el Nirvash, el primer LFO.

• Título: Koukyoushihen Eureka Seven (Psalms of Planets Eureka Seven)
• Adaptación: Original
• Géneros: Romance, Acción, Comedia, Drama, Mecha
• Capítulos: 50
• Estudio: Bones
• Director: Tomoki Kyoda
• Guión: Dai Sato
• Diseño de personajes: Kenichi Yoshida
• Compositor: Naoki Satō
• Emisión: 17 de abril de 2005 - 2 de abril de 2006

Eureka Seven es una serie que me ha enamorado y, por consiguiente, se ha colado entre mis favoritas como quien no quiere la cosa. El mimo con el que Tomoki Kyoda y compañía ha tratado a la serie es espectacular y queda constatado en la cantidad de premios con los que la obra ha sido galardonada. Del mismo modo, la labor de los animadores en torno a la recta final es muy de agradecer. Pero lo que me ha dejado prendado no es, precisamente, el sobresaliente apartado técnico, sino más bien aquello para lo que todos han aportado su granito de arena en pos de darle vida: la historia de Renton y Eureka, dos muchachos que se enfrentarán al mundo para hacer de su amor una realidad constatada y vivida.

La historia inicia con la vida escolar de Renton Thurston, el hijo del legendario héroe Adroc Thurston. Habrá a quien la tranquilidad e incluso la monotonía les sean llevaderas o incluso de agradecer, pero para Renton es simple y llanamente un asco. Su abuelo y tutor legal quiere que se convierta en un mecánico de su talla y lleve una vida feliz y pacífica, sin las complicadas circunstancias que atañen a la muerte de su padre o la desaparición de su hermana. Pero el chico, en parte por la irresponsabilidad inherente a su edad, no se conforma con tan poco; quiere ir a tierras inexploradas. Lugares que le ofrezcan un trapar nunca antes visto con el que poder hacer ref boarding —surfear— a bordo de impresionantes olas.

Deseo que, junto a la admiración que siente por el prodigioso Holland, le llevará a inmiscuirse en Gekkostate, una peligrosa banda compuesta por poco menos que terroristas a ojos del gobierno. O dicho de otro modo para este caso concreto, gente dispuesta a quebrantar la ley por un bien mayor: el bien de la humanidad, del planeta y de todo lo que habita en él.

Allí conocerá a Eureka, una chica que se sale un tanto del estándar y de la que Renton piensa como su media naranja. Pero antes de congeniar con la susodicha y volverse junto a ella parte esencial de Gekkostate y del pilotaje del Nirvash, deberá de adquirir disciplina y entender que la nave del Gekko-Go no es un lugar al que venir a surfear y ligar con chicas. Obviando a los tres niños que por allí pululan con razón de peso, todo el mundo está consagrado con la labor de llevar la pesada carga que supone ser criminales, matar gente, y por qué no, apoyar el tráfico ilegal de órganos si es que la situación lo requiere.

Alistarse en Gekkostate no es moco de pavo, sino como mínimo ser cómplice de asesinato, y eso es algo que Renton no pareció entender a la hora de sumarse a la fiesta, lo que le llevará puntualmente a cambiar su estilo de pelea tras percatarse de la obviedad de que, tras las máquinas que hace pedazos a bordo del Nirvash, hay gente con familia, amigos y seres queridos.

El desarrollo de Renton es por tanto uno largo y tendido; el paso de un niño que nada sabe a un adulto capaz de convertir sus promesas en hechos. Un paso que, en lo que a destino o Eureka se refiere, se toma algunas pausas. Y es que tras la chica hay un pasado, una razón de ser, y una identidad que nada que ver con su morfología.

La mirada única de Eureka en combinación a su vestimenta dejaban entrever que no se trataba de una persona normal y corriente, sino más bien algo sumamente artificioso que poco comprendía respecto a los demás. Su existencia se resumía a la de una marioneta que no entendía el alcance de sus actos y mataba según se le ordenase. Sentirse viva, añorar o querer a alguien son cosas que le pillaban lejos, incluso si a ojos de los niños que dejó huérfanos es una especie de madre adoptiva.

Pero conocer a Renton supuso para ella un comienzo en lo que respecta a apreciar la vida y el valor implícito en esta. Al otro lado del espectro, ello llevó a que también entendiese las atrocidades tras las cientos de muertes que ha causado, y es que comprender el significado de la vida va íntimamente ligado con asimilar lo malo del asesinato.

Cosa que llevará a que algunos miembros de Gekkostate se planteen si tienen el más mínimo derecho a vivir y ser felices en el nuevo mundo por el que luchan y arriesgan sus vidas. No en vano el Gekko-Go es una nave manchada de sangre, tanto por dentro como por fuera.

En cualquier caso, Eureka Seven no va de mechas peleando de aquí allá en lo que la gente reflexiona sobre moral y ética. No cabe duda de que junto a la comedia, muy bien medida e implantada, es un aliciente que otorga cierta diversidad y sustancia a la obra. Las batallas son de tal magnitud que no sería ni mucho menos raro ponerse a ver Eureka Seven por el morbo de ver gigantescas máquinas darse de hostias en lo que surfean por los cielos. Pero son componentes que, como el conflicto sociopolítico, se encuentran en un segundo plano y conducen a los personajes a la que será su siguiente dificultad.  

Que el Nirvash demande dos pilotos para extraer todo su potencial no es, ni mucho menos, la sobrada de turno. Y los tiros tampoco van por hacer de la cabina del mecha un motel en el que la gente se pone a cuatro patas e intercambian morreos a tutiplén, al más puro estilo de Darling in the FranXX.

Todo lo contrario, la necesidad de que sea pilotado por dos personas (y por tanto presente dos huecos desde que fue concebido como arquetipo) es la necesidad del Scub Coral de comprender y comunicarse con la humanidad a través de Eureka. Es forzar cruces de mirada, charlas a veces incómodas pero necesarias, y un trabajo en equipo para el que la relación entre ambos tiene que estar en buenas condiciones.

Así, lo que prima por encima de todo lo demás son los lazos entre personajes, sobre todo cuando hay interés romántico de por medio. No en vano el amor es el eje primordial de la obra. Aquello que deja al mundo en segundo plano para centrarse casi en exclusiva en el sentir de sus personajes y darles una excusa con la que, yéndose el universo mismo al garete, saltar al vacío en busca de su media naranja. Aquello que hace del the End de Anemone el the Beginning de muchas cosas, a destacar su tórrido romance.

En síntesis, aquello que hace de Eureka Seven una serie preciosa que deberíais estar viendo. Nuevamente, si ya lo habéis hecho.

• Los capítulos de Eureka Seven hacen referencia a canciones en sus títulos.
• Eureka Seven ha ganado múltiples premios, tales como "mejor serie de televisión", "mejor personaje femenino", "mejor diseño de personajes" o "mejor screenplay". 
• Eureka Seven cuenta con una secuela (no abarcada en esta reseña) titulada Eureka Seven AO.
• La serie de animación de Eureka Seven fue adaptada a manga y novela.
• Eureka Seven tiene varias películas que cuentan versiones alternas de los hechos acontecidos en la serie.
• Tomoki Kyoda trabajó previamente en la franquicia de RahXephon.
• Dai Sato escribió algunos capítulos de Ghost in the Shell: Stand Alone Complex, Space Dandy y Ergo Proxy.

Altamente Recomendado

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10