Por cortesía del
guionista Masahiko Otsuka, el Zorome mostrado por Naotaka Hayashi
—guionista del segundo capítulo— recibe un fix en este
tercer capítulo en pos de mostrarnos un personaje que, sin abandonar
su esencia como ya mencioné por el fascículo 1, aplique la palabra
coherencia en su por aquel entonces limitado diccionario.
Más importante que un
mero parche a estropicios del pasado es el hecho de que “Títere de
combate”, que es como se titula, es un episodio de contraste y
posibilidades, y el primero en el que vemos a todo el elenco
comportarse como personajes verosímiles y consecuentes con el
universo en el que se hallan.
Por supuesto que el
primer capítulo hizo un trabajo más que decente para los
personajes, pero por aquel entonces no vimos a todo el escuadrón
interactuar entre sí, sino que la acción, nunca mejor dicho, se
centró más bien en Hiro, Naomi y Zero Two. No ha sido hasta el
tercero que hemos podido ver a humanos en mayúsculas interactuar en
el mundo ficticio que la obra ha preparado para nosotros desde su
apertura, sin trabas de por medio.
Destaca en un inicio la
analepsis que nos lleva a tiempos en los que Hiro era el centro de
absolutamente todo el mundo. Este ponía nombres a sus compañeros y
con ello les otorgaba nombres únicos y especiales pensados para cada
individuo, ahora capaces de reconocer su propia existencia y acceder
a un reino de la libertad en el que poder elegir y romper los
barrotes de la jaula de pájaros y grilletes impuestos por Papá y el
resto.
Aún si Nakamura no está
esta vez a cargo del episodio el contraste sigue siendo demoledor. En
cuanto volvemos al presente, vemos a un Hiro alienado entre los
alienados, y estalla en pantalla el que el carismático niño de
antaño sea ahora no solo el depresivo al que ya vimos en el primer
capítulo sino quien tiene instaurado como filosofía de vida que su
único propósito es pilotar el FRANXX, aún si para ello la única
oportunidad es abandonarlo todo y agarrarse a la mortífera Zero Two.
La voz que antaño era oída por todos los Parásitos en preparación
es ahora incluso ahogada por un simple megáfono (o altavoz), y con
todo esto la visión de Mitsuru sobre cuán penoso es Hiro cobra
absoluto sentido en el espectador.
En lo que respecta a
Ichigo, la infundada sospecha sobre que su preocupación por Hiro va
más allá de las labores de un líder no es tanto una conjetura sino
más bien una inherencia a la chica, quien es una líder inexperta.
Sus argumentos para mantener a Hiro en el escuadrón es que si se
vuelve Parásito será muy útil, pero se derrumba con una simple
observación de los hechos, y es que Hiro no es un Parásito y
volverse uno no es cosa de tiempo o esfuerzo. No cuenta ni con la
aparente capacidad ni con la autorización, y a pesar de que ha sido
criado para tener como objetivo de vida el pilotar un FRANXX es
relegado al rol de observador.
En el segundo capítulo
vimos que Ichigo no podía volar con el protagonista a ninguna parte
y esto es algo que a día de hoy se sigue manteniendo. Al otro lado
del espectro vemos a Zero Two, quien ahora se ve respaldada por la
afirmación hecha por Nana a raíz del diagnóstico de Hiro, y es que
es la primera muestra que recibe tan pocos daños tras pilotar con la
susodicha chica, y consecuentemente debe de tratarse del espécimen
especial.
Zero Two puede brindarle a Hiro posibilidades que ninguna otra persona le da, y esto no aplica solo a pilotar el FRANXX, sino también a cosas absurdamente mundanas como podría ser una simple visita a la ciudad. En nuestro mundo sería una memez, pero en Darling in the FRANXX es poco menos que un pase para salir de la jaula de pájaros y explorar un mundo que brinda mil y una posibilidades. Lejos de ser una tontería es un énfasis absurdamente fuerte, más aún si en retrospectiva lo comparamos con los esfuerzos de Naomi e Ichigo, quienes no han logrado nada.
Junto a Zero Two, Hiro es capaz de
atravesar todas las barreras que antes le impedían moverse
libremente por la Plantation que irónicamente ellos protegían pero
de la que no conocían nada.
La persona que antes iluminaba a todos
a su alrededor es ahora quien se ve atraído por la luz que transmite
un ajeno y las opciones brindadas por su persona.
<<¿Quieres huir
conmigo? Puedo sacarte de aquí.>>
La escena que transcurre en la ciudad a
la que ni Hiro ni cualquier otro parásito ordinario tendría alcance
en circunstancias normales es maravillosa, y no solo por el buen
quehacer de Megumi Kouno, quien vuelve a deleitarnos con su gran
destreza. También porque representa algo absurdamente nuevo para el
protagonista, pero para Zero Two es algo tan trillado que podría
acceder a ella y visualizarla con los ojos cerrados; no precisamente
porque evoque algo trascendente, sino que a pesar de que alberga a
seres vivos que deberían de sentir y padecer, se trata de un lugar
tan esquematizado como muerto.
Al final del día Strelizia vuelve a
emprender vuelo, pero esta vez no con la efusividad del primer
episodio sino como una reafirmación de intenciones y un precio del
exceso para sendos estambres. Hiro, quien se negó esperando que de
alguna forma Zero Two sólo quisiese pilotar con él, y Mitsuru, cuyo
mayor motivo para pilotar en estos instantes no es tanto el proteger
a Papá y ser de utilidad sino el reafirmar que no es inferior al
protagonista y carece de problemas como Parásito.
Las consecuencias son claras y es que,
aunque solo ha pilotado una vez, Mitsuru acabó no por utilizar a
Zero Two para sus planes, sino todo lo contrario, ser utilizado por
esta para lanzar un mensaje claro al final del capítulo: “Sólo
puedes ser tú”.
Semejante declaración de intenciones
puede parecer algo contradictoria con el hecho de que la que a partir
de ahora será frecuentemente apodada como la viuda negra de Darling
in the FranXX quiera convencer a Hiro de pilotar con ella, pero
sin ir más lejos, y considerando el contexto, fuerza una situación
límite en la que el polluelo tiene que decidir si permanecer en un
nido que podría derrumbarse en cualquier momento o agarrarse a unas
alas con destino desconocido.
Las condiciones para un
episodio catártico se han establecido, y las consecuencias llegan
una a una. La actitud de Zero Two, que casi cuesta la vida de un
Parásito deliberadamente, acaba por establecer una situación de
“todo o nada” para ambos protagonistas. Junto al hecho de que
Hiro en anteriores capítulos no ha tenido ni la actitud ni la
aptitud para pilotar, las altas esferas han llegado a la conclusión
de que tener a Zero Two ahí, encaprichada con un estambre sucio que
ha demostrado no servir para nada, es un desperdicio en demasiados
sentidos. Con ello acaban por llevársela a la fuerza mandando a un
ejército armado que se hace llamar “escolta”.
Todo lo construido podría
irse al garete en un instante, o bien ascender a un nivel más
revelador. Hiro, quien por alguna razón llama tanto la atención de
Zero Two, se siente inseguro de sí mismo y de... ¿ella? El
semblante de Mitsuru tras pilotar es casi una prueba de que los
rumores no son tan rumores, y sus declaraciones no hablan
precisamente bien de los actos de una chica que prácticamente ha
tomado prestado su cuerpo para usarlo como combustible.
<<Huye conmigo.
Olvida a esos debiluchos. Mientras estés conmigo, no importará nada
más. Eres el único que puede ser mi compañero. ¿O eres como todos
los demás? ¿Me consideras un monstruo?>>
Si esto no es un súcubo
que sabe valerse de la situación y de su disfraz, personalmente no
sé qué lo es. Zero Two ya ha demostrado ser una chica impulsiva a
la que no le importa abordar a su Darling en pleno baño para tener
una charla personal, pero esta vez no es tanto el carecer un poco de
sentido común como el que se le esté agotando el tiempo y sepa que
instar a Hiro a probar un poco de su mortífera miel es un ahora o
nunca.
Las cotas alcanzan otro
nivel cuando con la llegada y desembarque del ejército dispuesto a
llevarse a Zero Two a la fuerza, el escuadrón 13 vuelve a tener que
enfrentarse a una situación que no puede afrontar sin la ayuda de
Strelizia. Ello amenaza sus vidas y la seguridad de la Plantation,
pero el foco no se centra tanto en los combatientes FRANXX que han
perfeccionado sus estrategias y trabajo en equipo sino más bien en
la pareja protagonista que pende de un hilo.
A un lado, protagonista
carente de sangre en las venas que no es capaz de elevar su voz por
encima de la de un megáfono. Al otro lado, una chica cuya fama no
acompaña y para la que han traído un ejército de personas armadas.
La situación no es la más favorable para nadie y la despedida acaba
por ser tan efímera como emotiva a pesar de que, tratándose de tan
solo el cuarto capítulo de los veinticuatro que hay, seguimos sin
saber mucho sobre el mundo, los personajes y sus motivaciones.
La idea de que Zero Two
podría no estar haciendo más que manipular a Hiro o utilizarle
porque haya hallado algo en él es plausible en base al
comportamiento que ha mostrado desde el primer capítulo, pero eso no
juega en contra de que en estos momentos esté diciendo la verdad
cuando suelta diálogos como “Quería estar contigo”. Su cara y
faceta mostradas son humanas y sinceras, aunque al final del día
puedan no ir con el significado que creemos.
El cómo se nos presenta
la escena grita a todas luces romance, algo más que un interés por
pilotar, y el letterboxing vuelve a acompañar para reducir la
información en pantalla y transportar al que es el paraíso personal
de ambos. Con tamaña muestra de humanidad llega a su vez la
respuesta de Hiro a cuestiones planteadas anteriormente: “¿Me
consideras un monstruo?”
Hiro acaba por
desobedecer las órdenes y correr tras Zero Two en pos de hacer lo
hasta ahora impensable; tener voz y expresar lo que siente en una
muestra de “no dudar más”. Lo que estamos viendo en estos
instantes es la última oportunidad de Hiro a punto de irse, pero el
foco cambia completamente y es que ya no es tanto “pilotar el
FRANXX” como “pilotar el FRANXX con Zero Two”.
Desde el primer capítulo
el protagonista hasta ahora pasivo mostraba cierta atracción por la
Oni de cuernos rojos, atrayéndole por lo diferente que es del resto
no en un ámbito de “animal exótico”, sino porque tirando más
por la idea de “media naranja”, Zero Two es la otra persona que
de un modo u otro está dispuesta a enfrentarse al mundo e ir más
allá de lo que dictan las normas.
Con ello, aún cuando la
idea de pilotar con ella no rondaba por su cabeza, el querer lograr
un acercamiento con su persona ya instaba a pensarse dos veces el
irse con Naomi a Dios sabrá dónde. De una forma u otra, y puede que
por reminiscencias de su infancia, la persona frente a sí acabó por
calar más allá del FRANXX, y con frases como “Una parte de mí
esperaba que se negara”, expresiones como la que muestra cuando ve
a Mitsuru lograr un alto rendimiento en Strelizia no son de “me
estoy echando a un lado” sino “no soy yo quién está con ella”.
Pasando de “punto A “
a punto “B” con el respectivo puente de por medio, que sería
todo lo sucedido hasta ahora, el personaje de Hiro se ha desarrollado
para como mínimo tener claro lo que quiere y allanar el terreno para
un futuro desarrollo aún mayor.
El momento de abordar a
Strelizia atravesando barreras en lo que se marcan un baile de salón
es alocado, improvisado y eufórico, toda una muestra de lo que hasta
ahora han querido decirse el uno al otro y hacer juntos pero que no
han hecho porque como buenos seres humanos prima en nosotros y ellos
el complicar las cosas y poner barreras intermediarias en demasiados
sentidos. Aunque roce el nitpicking, lo único reprochable de la
escena es el hecho de que un montón de gente armada con armas de
corto y medio alcance y mira de punto rojo no dispare o algo del tipo
en pos de parar a una pareja que lo mires como lo mires está
rebelándose y robando un FRANXX como el que no quiere la cosa, pero
sigue siendo algo medianamente excusable y carente de importancia.
Gifs e imágenes sacados por mi persona, no recogidos de Internet |
2 Comentarios
El respectivo escrito es el fascículo 2 de una serie de fascículos que conforman un ensayo sobre la serie Darling in The FRANXX, la co-producción entre la A-1 Pictures de Koenji y Trigger dirigida por Atsushi Nisihigori. El próximo fascículo se publicará entre el mes de agosto y octubre. ¡Gracias por leer!
ResponderEliminarQuiero aclarar también que aunque no publico con tanta frecuencia como antes, no estoy muerto ni mucho menos. Simple y llanamente estoy ocupado solucionando unos problemas personales, pero no hay mes en el que no escriba algo nuevo, bien desde cero o bien reescribiendo entradas relativamente antiguas. ¡Gracias por seguir leyéndome aún a día de hoy!
¡Perfecto como siempre!
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