En plena revolución industrial surgen los Kabane, criaturas agresivas y guiadas por el instinto de alimentarse de sangre que forzarán a la humanidad a resguardarse en estaciones y desplazarse a través de locomotoras blindadas, conocidas como Hayajiro.
- Título: Koutetsujou no Kabaneri (Kabaneri of the Iron Fortress)
- Adaptación: Original
- Géneros: Acción, Drama, Horror, Sobrenatural
- Capítulos: 12
- Estudio: Wit Studio
- Director: Tetsuro Araki
- Guión: Ichiro Okouchi, Hiroshi Seko
- Diseño de personajes: Haruhiko Mikimoto, Yasuyuki Ebara
- Compositor: Hiroyuki Sawano
- Emisión: 8 de abril de 2016 - 1 de julio de 2016
- Estreno (película): 10 de mayo de 2019
Allá por 2016 se emitió Koutetsujou no Kabaneri, localizado a Occidente como Kabaneri of the Iron Fortress. Una serie que, aún con un apartado artístico y técnico tremendo, no fue del todo bien recibida por ciertos sectores, y es que sus similitudes con Shingeki no Kyojin, cuya segunda temporada se demoraba más y más, daba que pensar.
A lo que yo fui parte del grupo de gente que, en su momento, no disfrutó todo lo que pudo con la misma. Y es que, tonterías aparte, estaba demasiado ocupado siendo un quisquilloso que sacaba fallos al tuntún y pasaba por alto lo que, a fin de cuentas, es un magnífico ejercicio de forma y estilo para el que el grupo de Tetsuro Araki, Hiroyuki Sawano, Haruhiko Mikimoto, Chiemi Irisa, Sachiko Matsumoto y otros tantos portentos a cargo (algunos de ellos responsables del indiscutible estilo de Shingeki no Kyojin) concibe una obra que, aunque en su presentación pueda inspirarse un poco en Ataque a los Titanes, va más allá.
Su trama no es tan enrevesada, su ritmo es incluso más acelerado, pero más importante si cabe es que Koutetsujou no Kabaneri es acción y adrenalina en estado puro. Un trabajo de animación e ilustración impecable, cuidado al milímetro, que acaba por cubrir las carencias de una trama a ratos conveniente y —a falta de acabar— quién sabe si con cabos sin atar.
Aún con cuestiones sin responder, e incluso a falta de un final que concluya la lucha de la humanidad —o al menos la lucha de nuestros protagonistas, cosa que parece ir de la mano—, Kabaneri of the Iron Fortress no echa en falta nada (o casi nada; no le hago ascos a una secuela) de eso.
Bebe de su animación. De su música. De su arte. Del gigantesco e innovador trabajo acreditado a los make-up animators (o maquilladores), quienes hacen posible junto a efectos especiales que Koutetsujou no Kabaneri se vea tan absurdamente bien y goce aún más si cabe de una impronta única bajo la batuta de Araki.
Es una serie cuya originalidad no debe entenderse desde el punto de vista argumental, sino que basa su valía en la composición como un todo: en cómo la tan trillada premisa de humanos luchando en contra de una fuerza invasora (Kabane o Cadáveres en este caso) se ejecuta, sazona con el adecuado desarrollo de personajes de Ikoma y Mumei, y vive para el espectáculo. Uno para el que toca sentarse a disfrutar y entender que la historia se concibe para un despliegue artístico sin igual.
Porque Kabaneri of the Iron Fortress no se termina de comprender de otra manera: la animación nace de una historia ideada por y para el espectáculo; una que, como he dicho, pide sentarnos en compañía de un bol de palomitas que acompañe a la travesía del Hayajiro. Pero es que la historia en sí misma no podría disfrutarse como es debido si en su planteamiento actual no gozase de semejantes coreografías, arte, animación, compositing, fondos, banda sonora, maquillaje e ilustración.
No es el caso de ejemplifiquemos con Aidnoah;Zero, donde el apartado técnico acaba por levantar un argumento de otro modo intragable. La narrativa de Kabaneri of the Iron Fortress es una bien pensada, sólida dentro de sus posibilidades, y a falta de una continuación que ponga punto y final tiene un increíble abanico de posibilidades con el que cerrar. A lo que me remito al inicio: Koutetsujou no Kabaneri es un gigantesco ejercicio de forma y estilo.
No
debe menospreciarse por no volcar todos sus esfuerzos en una historia
enrevesada, perfectamente hilada o sumamente original. Sus méritos
no van de eso. Van de ser una propuesta coherente que en un mar de
producciones y ofertas sabe destacar a su manera y brillar con un
cierre y película estelar.
Sin descuidar otros
apartados, es una serie cuya historia pide —me repito— que nos
sentemos a disfrutar; excusa un despliegue de talento artístico como ningún otro, y llegados a cierto punto, arriesga el todo por el todo: en un
mundo postapocalíptico, con la muerte acechando y sin vistas de
escapar, nos esforzaremos por proteger a quienes, como en el caso de
Mumei e Ikuma, constituyen nuestra razón para vivir y luchar.
- Kabaneri of the Iron Fortress cuenta con un manga de cuatro volúmenes, una serie de novelas ligeras de dos volúmenes, y una novela ligera situada dos años antes de la historia principal.
- Tetsuro Araki ha dirigido y trabajado en otras series de renombre, como Attack on Titan o Death Note.
- Ichiro Okouchi escribió Devilman Crybaby y Code Geass.
- Hiroshi Seko, también a cargo del guión de Kabaneri, ha trabajado en Ajin, Inuyashiki y Mob Psycho 100.
- Hasta ser contactado por Tetsuro Araki para participar activamente en la producción de Kabaneri of the Iron Fortress, el diseñador de personajes Haruhiko Mikimoto había abandonado prácticamente la industria del anime para, con su particular estilo dotado de realismo, centrarse en la ilustración y el manga.
- Hiroyuki Sawano es un reconocido compositor que ha trabajado en múltiples y reconocidas obras, como Aidnoah.Zero, Attack on Titan, Kill la Kill, Blue Exorcist, Promare, Re:Creators, etc.
- La serie cuenta con dos películas recopilatorias, así como una película que actúa de secuela para la misma.
- La película secuela Kabaneri of the Iron Fortress: La Batalla de Unato puede verse en Netflix dividida en tres partes.
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