Los genios del Labo-5 conocidos como Umatarô Tenma y Ochanomizu aspiran a crear el robot definitivo; una potente máquina que gracias al sistema Bewusstsein tenga conciencia, corazón, sentimientos y estados de ánimo, como las personas. De ahí nace A106, también llamado Six, el pequeño robot humanoide precursor de Astro boy que sin que nadie se lo ordenase salvaría el día una y otra vez, como el héroe al que Tenma aspiraba crear, y el hijo de la ciencia de corazón bondadoso con el que Ochanomizu soñaba.
- Título: Atom: The Beginning
- Adaptación: Manga
- Géneros: Ciencia Ficción, Slice of Life
- Capítulos: 12
- Estudios: OLM, Production I.G, Signal.MD
- Director: Tatsuo Sato
- Director jefe: Katsuyuki Motohiro
- Guión: Jun'ichi Fujisaku
- Diseño de personajes: Takahiro Yoshimatsu
- Compositor: Noriyuki Asakura
- Emisión: 15 de abril de 2017 - 8 de julio de 2017
Es por ello que, aún no siendo un asiduo fan de Tezuka, pero comprendiendo su importancia para el medio que a día de hoy me hallo disfrutando, la adaptación animada de Atom: The Beginning era prácticamente un must watch para mí. Algo que no me podía perder precisamente por lo que implicaba su concepto y su pertenencia al canon de una de las más grandes obras del susodicho maestro.
Como su nombre indica, The Beginning narra el comienzo, los primeros pasos que conducirían a la creación del robot protagonista de una de las obras más universales del Dios del Manga: Tetsuwam Atom (Astroboy). Por tanto, nos trasladan a la época para la que Umatarou Tenma y Ochanomizu, genios en potencia y ovejas negras de su escuela, dedicaban su juventud a la robótica, concibiendo en el acto y como proyecto estrella a A106, un robot antropomorfo (también llamado Six) que parece contar con conciencia, moral y emociones gracias al Bewusstein, una suerte de sistema que dota a las máquinas de corazón humano, al menos en teoría.
La constante que se mantiene a lo largo de los doce capítulos producidos hasta el día de hoy es la propia reflexión, generalmente llevada a cabo por los hermanos Ochanomizu, respecto a la humanidad que parece caracterizar a Six. ¿Las máquinas pueden sentir, o es a lo sumo una simulación? A106 ayuda a las personas aún si eso lo pone en riesgo y nadie se lo ha pedido, pero por altruista que parezca, sigue entrando dentro de los parámetros de una programación cuyo objetivo no es otro que hallar la solución más eficiente ante las situaciones límites que puedan presentarse en el día a día.
El planteamiento de Atom: The Beginning conlleva un componente cuasi filosófico que a día de hoy, y en comparación al marco sociocultural de cuando Tetsuwam Atom fue concebida, nos pilla más de cerca que nunca; no en vano el autómata como un hombre de hojalata ya no es ciencia ficción pura y dura, sino una posibilidad bastante plausible.
En tanto que la obra se presta a ser objeto de reflexión (y lo consigue), no se centra en ello completamente hasta la recta final. A inicios de la obra, Atom: The Beginning es poco más que una sucesión de capítulos de poca continuidad entre sí, en los que el predecesor de Astroboy se dispone a cocinar, trabajar como transportista y hacer cosplay de las tortugas ninjas. Hecho que, considerando el contexto de una sociedad en la que los robots son una gran contribución para el mundo y supusieron una revolución tecnológica, podría sonar a desaprovechamiento puro y duro.
Aunque mentiría de no admitir que, llegados a cierto punto, me rondaba por la cabeza la idea de ver a Six luchar en competición dada la necesidad patente de conseguir algo de acción, tales capítulos no me resultaron en lo absoluto desagradables o siquiera sobrantes. Todo lo contrario, más bien episodios entretenidos y amenos que acaban por contribuir a la caracterización y presentación de personajes, al acercamiento con estos, y más importante si cabe: al sutil desarrollo del personaje de Six para con su faceta más humana.
En contraposición al hombre, un robot o máquina no puede sufrir, por tanto carece de derechos y es más bien una herramienta, una existencia al uso que figura como un objeto o una propiedad. Pero en el universo propuesto por Atom: The Beginning, la inteligencia artificial ha llegado a cotas para las que podríamos estar ante una inteligencia propiamente dicha. Una que, como la del ser humano, cuente con capacidad de captar lo evidente sin intermediación alguna y por tanto solo se diferencie en su origen artificial.
Con tamaña premisa, la incógnita respecto a la humanidad del pequeño robot es una constante que perdura durante toda la serie. Ante una hipotética situación para la que un camión que bien podría pesar toneladas está a punto de chocar con un autobús, cobrándose en el acto decenas de víctimas, A106 opta por usar su cuerpo para frenarlo y evitar el catastrófico impacto en la que podría ser su última heroicidad. Mientras que para Ochanomizu es un exponente de autosacrificio completamente voluntario, para Tenma no supone sino una muestra de que su inteligencia artificial es capaz de discernir de manera lógica que un robot cualquiera vale menos que la vida de otras tantas personas.
Dado el tono de la obra no es difícil pronosticar hacia cuál de ambas visiones se acaba decantando. No en vano, para la batalla final la eficiencia queda relegada a un segundo plano, priorizando así Six su voluntad; la voluntad de querer conocer más de sí mismo y de sus semejantes por sobre el deseo de su amo.
Si bien el resultado de la contienda —la victoria— es clara, el por qué o incluso el cómo de la resolución no tanto. Bien pudo haberse tratado de un fallo de programación tan afortunado para algunos como fortuito para otros, pero no sería descabellado, y considerando el contexto, hablar de suicidio robótico. No en clave de humor o tono irónico y petulante, sino como una posibilidad que podría entrar dentro de las capacidades de Mars y su inteligencia artificial, una hecha para obedecer y matar, ser esclava del hombre, pero con cierta autonomía e incluso voluntad.
De un modo u otro, el Hijo Bondadoso de la Ciencia —así apodado tras hacer gala del noble arte de salvar como sustituto del matar o destruir en este caso— acaba por llegar al corazón de un público que en primera instancia acudió a la Robolucha para ver luz, fuego, destrucción... Cosas que nada que ver con la despampanante muestra por parte de A106 de lo que conlleva la misericordia, solidaridad, y empatía más propias de un ser humano que de una máquina.
Así, la respectiva serie concluye de manera cerrada y satisfactoria, haciendo de un pequeño viaje todo un recorrido que conectará con, nunca mejor dicho, el Astroboy del mañana. Atom: The Beginning se corona, sin duda, como un digno precursor que perpetúa la leyenda del aclamado manga de Tezuka e incrementa el interés por su obra.
- Atom: The Beginning tiene lugar en la época universitaria de los genios Tenma y Ochanomizu, importantes personajes de la Tetsuwam Atom (Astro Boy en occidente) de Osamu Tezuka.
- Makoto Tezuka, hijo de Osamu Tezuka, supervisa personalmente el manga homónimo adaptado por Production I.G y sus dos filiales OLM y Signal. MD.
- Tatsuo Sato dirigió la Ninja Scroll de 2003, animada por Madhouse.
- Katsuyuki Motohiro ha formado parte, como director jefe, de las secuelas de FLCL Alternative y Progressive.
- Jun'ichi Fujisaku ha escrito numerosos episodios de Diamond no Ace y forma parte del plantel de guionistas del nuevo anime de Pokémon (2019).
- Noriyuki Asakura, compositor de Atom: The Beginning, también ha compuesto distintas piezas para Rurouni Kenshin y Major, famoso anime de deporte.
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